CASTELLANÍA DE AMBERES
1568-1577
SANCHO DAVILA Y DAZA “El rayo de la guerra”
Ávila
21.9.1523 - Lisboa 8.6.1583
Una de las
figuras militares más sobresalientes de la monarquía española en el siglo
XVI. Capitán General de la Costa de
Granada, Maestre de Campo General del ejército en campaña en Portugal a las
órdenes del duque de Alba, Castellano de las Ciudadelas de Amberes y Pavía, Capitán
de la Guardia del duque de Alba,
GENEALOGÍA
Fue hijo de
Antón Vázquez Dávila, militar, comunero, cristiano nuevo, y de su esposa Ana
Daza. Tuvo dos hermanos, Beatriz y Tomás.
MATRIMONIO
Casado en
1569, en Amberes, con Catalina López Gallo, hija de Juan López Gallo
(*Castrojeriz ca.1500), I barón de Male, rico noble español afincado en Brujas, financiero y
consejero de la Corona española, y de su esposa Catalina Pardo. Tuvieron un
hijo, Fernando Dávila Gallo, falleciendo Catalina poco después del parto.
CRONOLOGÍA
1538
Huérfano al
cumplir los quince años, se decidió por la carrera eclesiástica y realizó
estudios de latín, gramática, filosofía y teología, llegando a recibir las
órdenes menores.
1543-1561
Ya
cumplidos los veinte años, en 1543 marchó a Roma donde se inició en la carrera
militar, sentando plaza de soldado en el Tercio de Álvaro de Sande
(*Cáceres 1489), unidad militar que poco después fue enviada a tierras alemanas
formando parte de las tropas del emperador Carlos V.
El Tercio de Álvaro de Sande participa en numerosas
victorias, Duren (1543), Lanbrecy (1544), Ulm (1546), Mühlberg (1547) donde fue
apresado el Elector de Sajonia Juan Federico I poniendo fin a la guerra.
Concluida la guerra contra los protestantes regresó a Nápoles
y se halló en la conquista de Madhia (1550) en el norte de África; formó parte
de la guardia de Felipe II en su viaje a Inglaterra para contraer matrimonio
con la reina María (1554); participó en la desastrosa expedición contra la isla
de los Gelves (Djerba), al sur del Golfo de Túnez (1560-61), donde cayó en
cautividad, siendo liberado al año siguiente.
1561-1567
Nombrado
por el rey capitán de infantería en 1561, fue puesto a las órdenes del duque de
Alba.
Nos D.
Felipe (por la gracia de Dios) rey de España, de las Dos Sicilias, de Jerusalem,
etc., etc.; nuestros contadores mayores, sabed: que acatando lo que Sancho Dávila
nos ha servido en algunas jornadas y empresas de guerra, y esperamos que nos
servirá, nuestra merced es de recibirle, como por la presente le recibimos por
nuestro capitán ordinario de infantería, para que nos sirva en las
cosas, y con la obligación que los nuestros capitanes ordinarios son obligados a
servirnos, y que tenga de Nos con el dicho cargo cincuenta mil maravedises de
sueldo en cada un año. Por ende yo vos mando, que lo asentéis asi en los mis
libros, y nóminas, que vosotros tenéis, y le libréis los dichos maravedises
este presente año, desde el día de la fecha de esta nuestra cédula hasta fin de
él; lo que prorrata hubiere de aver; y dende en adelante en cada un año á los
tiempos y según, como y cuando libraredes a los otros nuestros capitanes
ordinarios de infantería, los semejantes maravedises que de Nos tienen, y
asentad el traslado de este nuestro alvalá, en los dichos nuestros libros; y
este original sobre escrito, y librado de vosotros, y vuestros oficiales,
bolved al dicho Sancho Dávila, para que le tenga en su poder por título del
dicho cargo. Por virtud del qual mandamos, que le sean guardadas todas las
honras, gracias, mercedes, essenciones, preeminencias, prerrogativas e
inmunidades, y todas las otras cosas y cada una de ellas, que por razón de ser
nuestro capitán ordinario, debe aver y gozar y le deben ser guardadas bien, y
cumplidamente de manera, que no le falte cosa alguna. Fecho en Madrid a quince días
del mes de julio de mil y quinientos y sesenta y uno años. YO EL REY.
El día 24
de diciembre de 1562 fue nombrado castellano de Pavía, mando que ostentó
durante casi cinco años, hasta que por orden de don Fernando Álvarez de Toledo
y Pimentel “el gran duque de Alba” organizó una compañía de caballos a modo de
escolta personal del duque, para viajar a los Países Bajos.
1567-1568
El 22 de
agosto de 1567 entra en Bruselas acompañando al III duque de Alba, el cual se
hizo cargo inmediatamente, del gobierno de Flandes, en sustitución de Margarita
de Parma, que dimitió. El duque de Alba le ordenó proceder al arresto de una
serie de nobles rebelados contra el rey el año anterior, y los ajustició en la
Grand Place de Bruselas en el mes de junio del año 1568.
CASTELLANO
DE AMBERES
1568-1577
Nombrado
gobernador de la ciudadela de Amberes tomó posesión el 28 de enero del año
1569, desempeñó el cargo hasta que la entregó al duque de Ars, ocho años
después, el día 23 de febrero de 1577, como consecuencia del “edicto perpetuo”
firmado por don Juan de Austria, que entre otros acuerdos obligaba a los
Tercios abandonar los Países Bajos.
Durante
esos años participó en la batalla de Dalen cerca de Lieja (1568), al frente de
la caballería, tomando prisionero a Villiers que fue decapitado en Bruselas.
El
Rey.—Sancho Dávila, nuestro castellano de Pavía: Muchos días ha que tengo de
vuestra persona y servicios particular noticia, más el que últimamente me
habéis hecho en la rota de aquellas nueve compañías que se habían atrevido a
entrar en esos Estados, y lo que el duque me escribe de vos, me ha sido tan
agradable, que he querido significarlo y agradecéroslo por esta, para que
sepáis que lo tendré en memoria para haceros favor y merced en las ocasiones
que se ofrecieren, según os lo dirá más largo el duque, a quien me remito. De Aranjuez
a 22 de mayo de 1568. —EL REY
En la batalla
de Gemmingen (1568) enfrentándose al príncipe Ludovico de Nassau; herido grave
en Quesnoy (1568); contrajo matrimonio con Catalina Gallo (1569); le fue
denegada, por impureza de sangre, merced del hábito de Santiago por Felipe II
(1570); fallece en Brujas su suegro, Juan López Gallo (1571): batalla de Goes
(1572); liberación de la ciudad de Middelburg (1572); batalla de Flesinga
(1573); Felipe II acepta la renuncia del Duque de Alba como gobernador de los
Países Bajos, sustituyéndole el Comendador Mayor de Castilla, Luis de Requesens
(1573) batallas de Borsele, Reimerswaal, Moock (1574) y, finalmente, el Saqueo
de Amberes (1576). Regresa a Milán.
1577-1583
Mandado
venir a Madrid por el rey Felipe II en
1577, Sancho Dávila pidió volver a Flandes que estaba de nuevo en guerra, a lo
que el Rey se negó, y por Real despacho de 29 de octubre de 1578, le nombró
capitán general de la Costa de Granada, que sufría continuos ataques de los
piratas berberiscos.
Don Felipe,
etc. Por cuanto, habiendo quedado las cosas del reino de Granada, después de la
rebelión y levantamiento de los moriscos, en diferente estado del que antes
tenían, por haberse sacado, como se sacaron, del dicho reino todos los moriscos
, así los que habían andado con las armas en la mano en la sierra , y se
redujeron a nuestro servicio y obediencia, como los demás que no se levantaron;
acordamos de dar nuevo orden en lo del cargo de capitán general del dicho reino,
y que se proveyese de solamente la costa del, y no de todo, como solía ser
antes; y por dejación de D. Francisco de Córdoba, nuestro capitán general que fue
de la dicha costa, está vaco dicho cargo, y a nuestro servicio, y buen recaudo
y seguridad de ella conviene proveelle. Por ende, por la práctica , suficiencia
y las otras buenas partes que concurren en vos, Sancho Dávila, os hemos
nombrado y proveído, según por la presente os nombramos y proveemos por
nuestro capitán general de la costa del dicho reino de Granada; y queremos
que uséis el dicho cargo , ahora y de aquí adelante, por el tiempo que nuestra
merced y voluntad fuere, en todos los casos y cosas a él anexos y
concernientes; y que administréis todas las cosas de la guerra, que en la dicha
costa se ofrecieren, convinieren y fueren menester de se administrar, proveer y
ejecutar; y para que podáis ver y requerir por vuestra persona, o por quien
vuestro poder hubiere, en las partes que no os pudiéredes hallar presente, por
haber de acudir a otras, o por alguna indisposición, si la dicha costa está
bien guardada, y con buen recaudo de requiridores , atajadores, escuchas y
atalayas, que a nuestro servicio y a la buena guarda y seguridad de la dicha costa
conviene, y si no lo estuviere proveáis y pongáis en todo el que viéredes que
es menester, y si halláredes que los dichos requiridores, atajadores, escuchas
y atalayas no requieren, ni guardan, ni están en la parte o partes que han de
estar, o que hacen otra cosa que no deben , los podáis castigar, despedir y
poner otros en su lugar, como entendiéredes que más cumple al dicho nuestro
servicio , y a la buena guarda y recaudo de la dicha costa, y que recibáis a la
gente de guerra que reside y residiere a la guarda y defensa de ella, alardes,
muestras y reseñas, cada y cuando que viéredes que convenga, y menester sea de
hacer: y mandamos a los capitanes de gente de a caballo y de pie, que residen y
residieren en la dicha costa, y a los veedores, contadores , pagador, y otros
oficiales que tienen , y tuvieren cuenta con su residencia, servicio y paga,
que cada uno de ellos, en lo que les toca, y tañe, y atañer puede y debe, os
hayan y tengan por nuestro capitán general de la costa del dicho reino; y que como
tal os obedezcan, honren y acaten, y hagan y cumplan vuestros órdenes y
mandamientos, por escrito o palabra, bien así y tan cumplidamente, como si nos
se lo mandásemos; y que vayan y vengan, a donde, y como, y a los tiempos que
por vos fuere señalado y mandado; y que os guarden y hagan guardar todas las
honras, preeminencias y libertades, y otras cosas, al dicho cargo
concernientes. Y otro sí mandamos a los alcaides de las nuestras fortalezas de
la costa del dicho reino, que hagan de ellas guerra y paz, por vuestro mandado
, como de nuestro capitán general de ella, según y como por vos les fuere
mandado o escrito, y que os acojan y reciban en ellas cada y cuando que
fuéredes a ellas; y asimismo os damos poder y facultad, para que, como nuestro
capitán general de la dicha costa, podáis administrar justicia entre la gente
de guerra, conforme a derecho, y a la orden que mandamos dar cerca de ello , y
que en todo lo demás uséis y ejerzáis el dicho cargo como capitán general de la
dicha costa, en todos los casos y cosas a él anexos y concernientes, todo bien
y cumplidamente, en guisa que non vos mengüe cosa alguna, y con libre y general
administración que para ellos os damos; y mandamos a los concejos, justicias,
regidores, caballeros, jurados, escuderos, oficiales y hombres buenos de las
ciudades, villas y lugares de la costa del dicho reino de Granada, que os
guarden y cumplan, y hagan guardar y cumplir esta nuestra carta y provisión, en
todo y por todo, como en ella se contiene, y que obedezcan y cumplan vuestras
órdenes y mandamientos por escrito y de palabra como de capitán general de la
dicha costa , en los casos tocantes a dicho cargo, y que contra ello, ni parte
alguna de ello, no vayan, ni pasen, ni consientan ir ni pasar en tiempo alguno,
ni por alguna manera. Y mandamos que el tiempo que tuviéredes y sirviéredes el
dicho cargo de capitán general de la costa del dicho reino, o hasta que otra
cosa os mandemos, hayáis y llevéis de salario con él, en cada un año, dos mil
ducados, que montan setecientos y cincuenta mil maravedís, de los cuales habéis
de gozar desde el día que comenzáredes a servir el dicho cargo; y que se os
libren y paguen a los tiempos, y según y cuando se pagare a la gente de guerra
su sueldo, y en las nóminas que se hicieren para las pagas de ella, y de los
nuestros oficiales de la dicha gente de guerra, sin rezagaros cosa alguna. Y
los unos ni los otros no fagan ende al por alguna manera, so pena de la nuestra
merced y de diez mil maravedís para la nuestra cámara, a cada uno que lo
contrario hiciere. Dada en Madrid a 29 de octubre de 1578. — YO EL REY.
Tras la muerte
el día 31 de enero de 1580 de don Enrique, rey de Portugal, el rey Felipe II se
consideró el pretendiente de más fundados derechos al trono portugués y, reunió
un ejército de 25.000 hombres en las inmediaciones de Badajoz, al frente del
cual puso al III duque de Alba, siendo Sancho Dávila su maestre de campo
general, quedando al cuidado de la costa Arévalo de Zuazo en su ausencia.
Sancho Dávila,
nuestro capitán general de la costa del reino de Granada: Al duque de Alba
envío delante a Llerena a juntar el ejército de tierra, que por la parte de
Extremadura se ha de juntar para entrar en Portugal, si fuese menester, y a
otras cosas; y porque terna necesidad de vuestra persona allí, os encargamos y
mandamos que dejando a punto los ducientos caballos, que han ido a estar en
Marbella y su comarca, a cargo de la persona que os pareciere, para que cuando
fuere necesario pueda hacer el efecto que conviniere, vais luego a la dicha
Llerena, al dicho duque, y cumpláis lo que os ordenare, y de cómo lo
hiciéredes, y de cuando partiéredes para venir a la dicha Llerena, y pensáis
ser en ella, y de el recaudo que dejáredes, para lo de los dichos ducientos
caballos, nos avisareis; y asimismo dejareis proveído y ordenado todo lo que
viéredes convenir para el buen recaudo y guarda de la costa de ese reino, y muy
particularmente lo de Almería; porque como muchas veces os habernos escrito,
aquello diz que está a muy mal recaudo y peligro, y conviene dejarle el mejor
que viéredes ser necesario y se pudiere, de lo cual también nos avisareis, y
haréis con la mayor brevedad que se pudiere la dicha jornada. De Aranjuez a 10
de marzo de 1580.-YO EL REY.
Estas tropas se
enfrentaron a la rebelión del bastardo Antonio de Portugal (prior de Crato) que
también pretendía la corona, venciéndole el 25 de agosto de 1580 en la batalla
de Alcántara, muy cerca de Lisboa. Las tropas de Sancho Dávila, siguiendo
órdenes del duque de Alba, continuaron su avance contra los rebeldes y dos
meses después, el día 24 de octubre de 1580 conquistaba la ciudad de Oporto,
que resultó decisivo para acabar con la rebeldía.
El rey Felipe
II hizo su entrada en Lisboa, el día 29 de julio de 1581, donde fue coronado
rey de Portugal.
El día 11 de
diciembre de 1582 falleció el III duque de Alba en Lisboa y, seis meses después
en la misma ciudad, el día 8 de junio de 1583, fallecía Sancho Dávila, que
seguía manteniendo sus empleos militares de Maestre de Campo General del
ejército de Portugal y el de Capitán General de la Costa de Granada, motivada
por una herida mal curada en una pierna, como consecuencia de la coz de un
caballo.
A su
muerte, el cadáver fue depositado en el convento de San Francisco de Lisboa, que
su hijo, posteriormente, hizo trasladar a la capilla mayor de la iglesia de San
Juan Bautista en la ciudad de Ávila.
Guillermo C. Requena
FUENTES
Vida del general español
don Sancho Dávila Daza conocido en el siglo XVI con el nombre del rayo de la
guerra, por el marqués de Miraflores. Madrid 1857.
BNE- Hemeroteca
Digital.
BVD- Biblioteca
Virtual Defensa.
BOE- Gazeta
Colección Histórica.
PARES-Ministerio
de Educación
BVPH-Ministerio
de Educación
BDRAH-Biblioteca
Digital Real Academia Historia.