viernes, 17 de octubre de 2014

ANDRÉS OYARVIDE



Fiel a mi pretensión de ir trayendo a esta tribuna, no solo a personajes adornados de generalatos y/o títulos nobiliarios, si no a otros que eran más anónimos, pero que con sus esfuerzos, sacrificios e incluso heroicidades, conformaron la historia de España, aunque hoy en día no los conozca o recuerde casi nadie...

¡Ya digo! fiel a esa pretensión, hoy voy a ocuparme de D. Andrés Oyarvide, un gran cartógrafo náutico que fue el primero en retratar la geografía del Mar Dulce de Solís, que hoy conocemos como Río de la Plata, y que se describía a sí mismo como Piloto de la Real Armada, con ejercicio de geógrafo.


ANDRÉS OYARVIDE
(Guipúzcoa 1750 - En el mar 1806)


Piloto de 1ª de la Real Armada Española con grado de Teniente de Fragata, Cartógrafo.


PRIMEROS AÑOS

Obtiene título de primer piloto con grado de Alférez de fragata (1771); toma parte en la expedición al mando de D. Luis de Córdova y Córdova, ocupa en cargo de tercer oficial en la fragata Santa Teresa de Jesús (botada en 1768, de porte de 30 cañones), aprovecha la ocasión para elaborar la derrota de Cádiz a Veracruz (1772); navega en misiones por aguas peninsulares (1774).


GUERRA CONTRA PORTUGAL (1776-1777)

Andrés Oyarvide zarpó de Cádiz el 13 de noviembre de 1776, a bordo de la fragata Santa Clara  (botada en Ferrol en 1776, de porte de 30 cañones), como piloto, integrando la poderosa escuadra del Virrey D. Pedro de Cevallos Cortés y Calderón, que estaba formada por 20 buques de guerra y casi cien de transporte de personal y material, que estaba mandada por el Marqués de Casa Tilly y que llevaba a América un ejército con más de 9.000 soldados.

El 26 de julio de 1777, naufragó en el Río de la Plata la fragata Santa Clara de la que Oyarvide era el piloto, fallecieron 92 tripulantes, Oyarvide consiguió llegar a tierra a bordo de un pequeño chinchorro.

La victoriosa expedición militar del General Cevallos culminó con los acuerdos entre España y Portugal del Tratado de San Ildefonso, del 1 de octubre de 1777, para determinar los límites entre ambos reinos en América. 



“Se han convenido las dos altas partes contratantes, que por el bien recíproco de ambas naciones, que dicha navegación de los ríos de la Plata y Uruguay pertenezcan privativamente a la corona de España, entendiéndose la pertenencia de España en la referida banda septentrional hasta la línea divisoria, que se formara principiando por la parte del mar y siguiendo la orilla de la laguna Merím, a tomar las cabeceras o vertientes del río Negro, las cuales como todas las demás de los ríos que van a desembocar a los referidos de la Plata y Uruguay, hasta la entrada de dicho río Pepiry-Guazú”.




DEMARCACIÓN DE LÍMITES TRATADO DE SAN ILDEFONSO
1782-1791

Durante el año 1782 se estructuraron cuatro grupos para realizar el trabajo de demarcación de límites fronterizos, cubriendo desde el Amazonas hasta el Plata, siendo cada uno de ellos mandado por un oficial de la Real Armada.

En 1783, el geógrafo primer piloto alférez de fragata Andrés Oyarvide es designado para formar parte del grupo segundo, que iba a ser mandado por el teniente de fragata Diego de Alvear y Ponce de León (Montilla 1749-Madrid 1830), secundado por el ingeniero primer piloto José Cabrera, este grupo se ocuparía de una vastísima zona desde Montevideo consumando las líneas fronterizas entre el arroyo Chuy hasta el mismo río Pepiry Guazú en su confluencia con el río Uruguay.


D. Diego de Alvear Ponce de León
Brigadier de la Real Armada Española


El 21 de Enero de 1784  el piloto D. Andrés Oyarvide comienza su peregrinar por las tierras platenses, ese día, Alvear y sus hombres parten de San Fernando de Maldonado camino del este, para repasar y marcar la línea fronteriza entre la costa atlántica y el nudo norte que conformaba el río Uruguay.


San Fernando de Maldonado y Punta del Este (Uruguay) 


En 1786 alcanza Rio Grande del Sur, Monte Grande, y llega a Misiones Orientales con el terminar del año. De acuerdo con las notas de sus diarios, el año 1787 fue muy fructífero para sus trabajos, comienza los trabajos en las cabeceras del Uruguay.

En los primeros meses de 1788 busca las fuentes del río Uruguay en la Sierra do Mar y es atacado por los indígenas; procede a relevar el río Paraná, desde Candelaria a las imponentes cataratas del Iguazú, punto donde se marcaba la frontera del Matto Grosso, con las Misiones Occidentales.


 Río Paraná


“Este espacio de río que navegamos aguas arriba con los seis barcos grandes en que iban las dos partidas para transferirnos desde Candelaria al Iguazú, y comenzar aquí las operaciones de la demarcación, fue penoso por lo dilatado del viaje, pues se emplearon 54 días de marchas para conseguirlo, a causa de la violenta corriente con que venían las aguas, a pesar de estar el río en una de sus mayores menguantes, como manifestaban los arrecifes y desplayados de sus orillas, y nos certificaron los mismos indios… 


A finales del año 1788,  alcanza a ver la maravilla de las cataratas de Iguazú.


Cataratas de Iguazú


“En el sitio donde observamos la columna de chipas de agua se oía bien, y reparamos que se aumentaba de rato en rato, dando golpes muy recios como si cayera en intermedios mayor proporción de aguas. El viento era sur, y estábamos al N.-E. del Salto, estando cerca del mismo el ruido era grande y confuso. El color del agua, luego que sale de las espumas de los despeñaderos, es como el de la lejía; su movimiento después de las caídas es sin orden, formando olas con rapidez grande. A corto espacio paran y se deshacen, quedando la superficie del agua lisa, pero con remolinos violentos, que se ven de trecho en trecho como que nacen del fondo, elevándose sobre el nivel del agua de rato en rato en una entumecencia de poca altura y mucha extensión..." 


En esas fechas es cuando el capitán Alvear decide encomendar a Oyarvide la tarea de relevar las cabeceras del río Pepirí Guazú, con una partida especial al mando conjunto con el comisionado lusitano Francisco Das Chagas, que no tiene el éxito esperado por las trabas de los portugueses y la falta de víveres.

En marzo de 1789 llegan a la ciudad de Santo Ángel Guardián de las Misiones, donde descansan un par de meses. En mayo es enviado, por el capitán Alvear, nuevamente a Pepirí... hacia el 20 de mayo llegan a las bocas del Pepirí (latitud 27º 36’) y a mediados de junio consigue marcar el punto desde la orilla sur del Uruguay viendo la bocana del Pepirí en la orilla opuesta.
Vueltos a Santo Ángel, se envía la documentación a Río de Janeiro y Buenos Aires… siendo rechazada por la mala intencionalidad lusa… Vuelta a empezar…


Catedral de la actual Santo Angelo
 en el estado de Rio Grande del Sur en Brasil.


Por aquellas fechas, mes de octubre de 1789, nació en Santo Angel el hijo mayor del capitán D. Diego Alvear  y Ponce de León y la porteña María Balbastro, al que pusieron por nombre Carlos Alvear, que, años más tarde, sobrevivió al hundimiento de la fragata Mercedes, y que resulto todo un personaje en las luchas revolucionarias contra los intereses de España.

Oyarvide continúa hasta el verano de 1791 con sus extraordinarios y fatigosos trabajos, que finalmente nada resolvieron en las disputas sobre las demarcaciones fronterizas a España y Portugal.  Pero se había culminado el primer relevamiento serio de esta parte del continente americano.

Regresó a Santo Ángel, población donde el cartógrafo Oyarvide permaneció hasta el mes de Diciembre de 1795 a las órdenes de D. Diego de Alvear, excepto un período de nueve meses, que residió en Buenos Aires, intentando que el Virrey le autorizara viajar a España… sin éxito.



EL RELEVAMIENTO DEL RÍO URUGUAY

A finales de 1795, recibe orden del Virrey D. Pedro Melo de Portugal para que deje su destino y viaje a Buenos Aires, dándole orden el capitán D. Diego Alvear de aprovechar el viaje para realizar un reconocimiento serio del río Uruguay, desde Santo Ángel hasta Buenos Aires, levantando cartas del río.

Todo quedó registrado minuciosamente en su Diario, naciendo de esta manera la «Carta Específica del río Uruguay» de 1796, que está considerada la primera carta hidrográfica de este río, siendo un trabajo serio y detallado, con las respectivas profundidades; más tarde la perfeccionó y acabó definitivamente, entre 1801 y 1802.


Río Uruguay, al fondo la represa y el lago de Salto.


“Me embarque en el Salto Chico yendo de aquí por aguas hasta Buenos Aires. De acuerdo al tratado de 1777 se hizo un relevamiento integral del río Uruguay desde el Pepirí a San Javier, unas 250 leguas en total. El Uruguay, río de los Escaramujos o Caracoles, según la significación de su nombre, es el que junto con el Paraná componen el gran Río de la Plata y sin controversia uno de los que riegan el vasto continente de la América Meridional. Tiene su origen no distante de la costa del océano Atlántico, por la latitud austral de 27° 30´, poco más o menos, en las altas serranías que están frente de la isla de Santa Catalina y corriendo de principio al occidente recibe tantas aguas vertientes de la misma sierra que a las 20 o 25 leguas de su nacimiento por donde atraviesa el camino que hacen de San Pablo a Viamon, lo pasan los portugueses con el nombre de río de las Canoas, donde es ya caudaloso” 



REGRESO A ESPAÑA

Zarpa del puerto de Montevideo el 7 de Enero de 1798, va embarcado como tercer oficial de la fragata Santa Clara, que estaba mandada por el capitán de fragata D. José de Quevedo.


Montevideo a finales del siglo XVIII.  Óleo de Leonie Matthis.

El gobernador de Montevideo, don José de Bustamante y Guerra, que le tenía un gran respeto y aprecio, había ordenado al marino vasco efectuar toda una larga serie de reconocimientos en la derrota desde el Plata a la Península Ibérica; en el mes de marzo arriba a Ferrol por encontrarse Cádiz bloqueado por los barcos ingleses, salvando así los caudales que transportaban.

Tras veintisiete años de servicios, eleva una solicitud de ascenso, que es atendida por el rey Carlos IV con fecha 9 de agosto promoviéndole al empleo de Alférez de navío; recibe orden de embarque en Cádiz, nuevamente para el Plata. En 1799  regresa a América.



LA CARTA ESFÉRICA DEL RÍO DE LA PLATA

El Río del Plata, es un colector de aguas de una vasta extensión de 35.000 Km2, que discurre desde las desembocaduras de los ríos Uruguay y Paraná, entre las costas de Argentina y Uruguay, hasta el Océano Atlántico, en una longitud de 300 Km, teniendo su desembocadura una anchura de 220 Km.  Una de sus características es la gran cantidad de fango que arrastran sus aguas, lo que provoca la elevación de sus fondos, dificultando enormemente la navegación.



Con el establecimiento del Apostadero de 1776, había sido misión importante el estudio de los fondos del Río de la Plata, y había sido estudiado, parcialmente, por la expedición de los marinos Malaspina-Bustamante. Creyéndole el único capaz de realizar tamaña empresa, el Gobernador Bustamante le encarga esta misión, que por otro lado era su gran sueño... incumplido.

Hasta el 30 de enero realizó el servicio oficial de su clase en la fragata Magdalena. Comienza su misión, y entre febrero y mayo del año 1800 releva el Plata entre la ensenada de Barragán y el puerto de Montevideo.
A causa de la guerra contra los ingleses, para su misión y a primeros de 1801 se le encomienda el mando de una lancha cañonera. 
A solicitud expresa del comisario D. Feliz de Azara, por orden del Virrey, pasa en el mes de Octubre de 1801, a relevar una vez más el curso inferior del río Uruguay; en el mes de marzo de 1802 culmina la “Carta Esférica del Río Uruguay” que había realizado en 1796 por primera vez.

Reanudadas sus tareas, durante 1802 se dedica al estudio y revisión de toda la documentación y cartas realizadas hasta la fecha y que el gobernador Bustamante había ido reuniendo para ponerlas a su disposición.

A comienzos de 1803, desde la población de Colonia de Sacramento, y desde Buenos Aires,  Oyarvide comienza sus trabajos y levanta la carta del Plata Superior.


Buenos Aires, a la izquierda comienza la zona de Puerto Madero.

Meses más tarde se desplaza hacia el centro del río para levantar la carta de aquella zona, donde se encontraba el peligroso Banco Inglés.
En el año 1804 continúa hacia el Este, desembocadura del Río Solís, costas de Maldonado y Rocha…

El 6 de agosto el gobernador D. Pascual Ruiz Huidobro, que había sustituido a D. José Bustamante, dirige un escrito al ministro Grandallana, solicitando para Oyarvide, que se encontraba enfermo, y en aquel momento levantando la carta del Plata, que quede destinado como Ayudante del Apostadero con la supervisión y formación de pilotos.

El 7 de agosto, parten de Montevideo hacia España 4 fragatas (”Medea”, “Clara”, “Fama” y “Mercedes”), que van al mando del Brigadier Bustamante; también va embarcado el Mayor General Alvear (los dos habían sido jefes de Oyarvide); el 5 de octubre es interceptada por una escuadra al mando del General Moore, disparan y hunden a la “Mercedes” muriendo casi 300 personas (entre tripulantes y pasajeros), entre ellos toda la familia de Alvear, excepto su hijo mayor Carlos.

En el mes de Octubre del mencionado año 1804, se le confiere el mando de la goleta DOLORES, que acababa de comprar la Real Hacienda, para reconocer la costa del sur hasta el cabo Corrientes, por disposición del Virrey de estas Provincias, con el objeto de adelantar la frontera de Buenos Aires por aquella parte, y habiendo examinado aquel espacio regresó a Montevideo por Diciembre del mismo.

Oyarvide culmina su trabajo y da por acabada la “Carta Esférica del Río de la Plata”.




En el mes de noviembre de 1804 le es conferido el cargo de Ayudante del Apostadero, promovido por el Rey al empleo de teniente de fragata, supervisando el funcionamiento del cuerpo de pilotos y la formación de los mismos en la región.


Estado militar de España 1805
Ayudantes del Comandante en xefe del Cuerpo de Pilotos en las Américas
MONTEVIDEO
Ayudante
El teniente de fragata don Andrés de Oyarvide 




EL CONFLICTO BÉLICO Y EL NAUFRAGIO  

En los primeros días de enero del año 1805, Oyarvide, por motivos de salud, y sin tener aún noticia de su ascenso a Teniente de fragata, solicitó su pase a retiro. Nuevas realidades impedirían cumplir este deseo. Desde diciembre de 1804 España se encontraba en guerra con Gran Bretaña y en el virreinato, se mantenía una actitud vigilante.

A finales de mayo de 1805 se produce otro naufragio, en este caso Oyarvide zarpa de Montevideo para encargarse del rescate, que resultó fallido, de la fragata Asunción, que se hundió y murió la mayor parte de la tripulación, incluido su comandante (300 hombres).

En el mes de diciembre, acababamos de ser derrotados en el combate de Trafalgar, habían llegado noticias a Montevideo, relativas a una escuadra británica que navegaba por el océano Atlántico a las ordenes del Comodoro Popham, y que aunque podría tener como destino el Cabo de Buena Esperanza, infundió sospechas en el gobernador, que para vigilar al enemigo dispuso que salieran dos naves, y así poder adelantarse a las intenciones de la escuadra británica.

La primera de ellas, navegaría en la boca sur del Plata, la segunda, llamada San Ignacio de Loyola, patrullaría más allá del Cabo de Santa María, en pleno océano.

Oyarvide, aún enfermo, se ofrece como voluntario para el mando de esta última, en pos de la fuerza británica que se acerca al Plata. Nunca más se tuvieron noticias luego que zarpara. No se sabe a ciencia cierta donde se hundió su embarcación, en algún punto de la Costa Este de Uruguay, y se estableció como fecha oficial del naufragio la del 5 de enero de 1806.  Perecieron todos sus tripulantes.



EPÍLOGO

Oyarvide dejó una impresionante obra científica plasmada en no menos de cuarenta cartas, planos y otros documentos cartográficos que permanecen depositados en el Museo Naval de Madrid.

ESPAÑA
En otro orden de cosas, no he localizado a D. Andrés de Oyarvide, ni nada que le recuerde en su Patria España. Incluso me atrevería a decir que ningún lugar de España, incluida la provincia de Guipuzcoa, reclama su paternidad... porque no se sabe donde nació.

URUGUAY
En la República Oriental de Uruguay se le conoce y se le recuerda.

Andrés de Oyarvide elevó los cuatro puntos cardinales que rodean al Uruguay, visualizando muchas décadas antes de nuestro nacimiento como entidad política propia, la naturaleza y entidad de las bondades de su territorio.  Prof. D. Washington Reyes Abadie.  


Entre otras muestras de ese recuerdo, es de destacar que un buque científico de su Armada lleva el nombre de este militar.


Buque científico R.O.U. 22 OYARVIDE, en la Antártida en 2008
Armada Uruguaya 


ARGENTINA
En la República de Argentina también se le conoce y recuerda, en la confluencia de los ríos Paraná, Uruguay y el Río de la Plata, se localiza la Isla de Oyarvide, llamada así en su honor, que forma parte de una reserva biológica, y pertenece al Partido de San Fernando en la Provincia de Buenos Aires.


Isla Oyarvide, en aguas argentinas



Guillermo C. Requena


Fuentes:
El piloto Andrés de Oyarvide y su labor en el Río de la Plata / Alejandro N. Bertocchi Morán.
Andrés de Oyarvide y la Carta Esférica del Río de la Plata / Alejandro N. Bertocchi. REVISTA DE HISTORIA NAVAL nº 51 Año 1995.
BNF-GALLICA
BNE- Hemeroteca Digital.
BVD- Biblioteca Virtual Defensa.
BOE- Gazeta Colección Histórica.
PARES-Ministerio de Educación
BVPH-Ministerio de Educación
Otros…

3 comentarios:

  1. Orgullosa de llevar el apellido y tener desde mi bisabuelo hacia atrás a mis antepasados guipuzcoanaos como lo fue Andrés.

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  2. MUY INTERESANTE INVESTIGACION! VIVO EN FLOR DE MAROÑAS DONDE EXISTE LA CALLE OYARVIDE Y ME DIO CURIOSIDAD EL ORIGEN DEL NOMBRE POR ESO DESCUBRI ESTA PAGINA. GRACIAS

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  3. Excelente trabajo, quisiera tener datos personales y forma de contactarme con Guillermo C.Requena para poder citarlo en un artículo sobre la demarcación en las costas de Maldonado.

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