DIRECTORES
/ INSPECTORES GENERALES
CABALLERÍA
Y DRAGONES – CAPÍTULO 55
GUILLERMO
C. REQUENA
LEOPOLDO
GARCÍA PEÑA
(Madrid
1841-Madrid 28.9.1912)
General
de División de los RR.EE., Jefe de la 11ª División, Gobernador
Militar de Cádiz, Secretario de la Dirección General de
Carabineros, Jefe Sección de Caballería del Ministerio de la
guerra, Gobernador Político-Militar de Cavite (Filipinas).
FAMILIA
Contrajo
matrimonio con Ana Boloix Moyano, y aunque al parecer tuvieron
dos hijos, solo uno de ellos llegó a edad adulta, Leopoldo García
Boloix (Alcalá de Henares 1879-Melilla 1933), militar del cuerpo de
Caballería, que siendo General Jefe de la circunscripción del Rif,
murió repentinamente con 54 años de edad. Este hijo había casado
con Guadalupe Andino Vitas (hija del General Eladio Andino del Solar,
que fue Director de la Academia de Caballería en la época en que su
consuegro era Jefe de la Sección de Caballería del Ministerio),
aunque posteriormente se divorció; tuvieron cuatro hijos, muriendo
los dos varones de pequeños y quedando las dos niñas.
CRONOLOGÍA
Nació
el día 15 de octubre de 1841 e ingresó en el Colegio de Caballería
el 23 de marzo de 1858, siendo promovido al empleo de Alférez en
julio de 1861. Prestó el servicio de su clase en el regimiento húsares de la Princesa; ascendió a Teniente por antigüedad en
octubre de 1865, y se halló en los sucesos de esta Corte el 22 de
junio de 1866. Por la gracia general de 1868 alcanzó el grado de
Capitán. En los meses de marzo, abril y octubre de 1869 operó en el
distrito de Andalucía contra las facciones republicanas, asistiendo
a varios hechos de armas, por los cuales fue recompensado con el
empleo de Capitán. Por el mérito que contrajo en las operaciones
realizadas en la provincia de Córdoba en mayo y junio de 1872 contra
las partidas carlistas, se le otorgó el grado de Comandante. En mayo
de 1873 salió a campaña en el distrito de Castilla la Nueva, y
mandando una columna en diferentes ocasiones concurrió el 22 de Junio a
la acción de Malvecino; el 14 de diciembre a la de Palmares de
Jadraque; el 23 de febrero de 1874 a la de Talarrubias; el 7 de marzo
a la de Lupiana; el 1.° de abril a la de la sierra de Malagón; el
14 a la de Piedrabuena, por la que fue condecorado con la Cruz roja
de primera clase del Mérito militar; el 4 de mayo a la de los
Pozuelos, el 18 de agosto a la toma de Molina de Aragón; el 13 de
septiembre a la acción de Taravilla, por la que obtuvo el grado de
Teniente Coronel, y el 4 de octubre a la de Campillo de Dueñas, por
la que fue premiado con el empleo de Comandante. Quedó de reemplazo
en febrero de 1875, destinándosele en enero de 1876 al regimiento
Lanceros del Rey, con el cual se halló en el Norte en las últimas
operaciones que tuvieron lugar para la terminación de la guerra
civil, tomando parte en los hechos de armas habidos en Villarreal de Álava, San Antonio de Urquiola y Peñas de Mañaria, Zornoza y
Elgueta, como también en los que dieron por resultado la toma de la
línea del Oria. Por estos servicios se le concedió la Cruz roja de
segunda clase del Mérito militar. En abril del citado año 1876 se
le destinó nuevamente al regimiento húsares de la Princesa, y en
julio de 1878 fue agraciado con el grado de Coronel en recompensa a
los distinguidos servicios que prestó en las provincias de la Mancha
combatiendo, hasta su extinción, a las partidas carlistas que la
invadieron. Contribuyó a sofocar la insurrección iniciada en Madrid
el 19 de septiembre de 1886, batiendo al día siguiente a los
sublevados en Morata de Tajuña, por lo que se le concedió otra Cruz
roja de segunda clase del Mérito militar. Al ascender a Teniente
Coronel por antigüedad en abril de 1887, fue nombrado Ayudante de
órdenes en el Cuarto Militar de S. M., cargo que siguió
desempeñando al ser promovido a Coronel, también
reglamentariamente, en noviembre de 1889. En mayo de 1890 se le
confirió el mando del regimiento Cazadores de Almansa, y en
diciembre siguiente el del de Lanceros de la Reina. Desde junio de
1895 manda el regimiento Húsares de la Princesa. Ha desempeñado
diversas comisiones; cuenta treinta y ocho años y diez meses de
efectivos servicios, y se halla en posesión de las condecoraciones
siguientes: Dos Cruces rojas de primera clase y dos de segunda del
Mérito militar. Cruz blanca de segunda clase de la misma Orden. Cruz
y Placa de San Hermenegildo. Medallas de la Guerra civil y Alfonso
XII. Cruz de segunda clase de la Corona Real de Prusia. Encomienda de
Nuestra Señora de la Concepción de Villaviciosa de Portugal.
[Gaceta de Madrid núm.43,
de 12/02/1897, páginas 660 a 661].
Guía
oficial de España. 1897
HÚSARES
DE LA PRINCESA, 19.° de Caballería.
Sr.
D. Leopoldo García Peña, Coronel.
D.
Francisco de Ampudia López, Teniente Coronel.
1897
Después
de casi 39 años de servicio, haber desempeñado el cargo de Ayudante
de Órdenes de la reina María Cristina, y ostentar el mando,
sucesivamente, de tres Regimientos de nuestra Caballería (Almansa,
Reina, Princesa) es promovido al empleo de General de Brigada de
Caballería y se le nombra Vocal Secretario de la Junta de Cría
Caballar del Reino.
En
consideración a los servicios y circunstancias del Coronel de
Caballería, núm. 12 de la escala de su clase, D. Leopoldo García
Peña, que cuenta la antigüedad de 1.° de Abril de 1887 y la
efectividad de 17 de Octubre de 1889; En nombre de Mi Augusto Hijo el
Rey D. Alfonso XIII, y como Reina Regente del Reino, Vengo en
promoverle, a propuesta del Ministro de la Guerra y de acuerdo con el
Consejo de Ministros, al empleo de General de Brigada, con la
antigüedad de esta fecha, en la vacante producida por ascenso de D.
Ramón Echagüe y Méndez Vigo, la cual corresponde a la designada
con el núm. 34 en el turno establecido para la proporcionalidad.
Dado en Palacio a diez de Febrero de mil ochocientos noventa y siete.
MARÍA CRISTINA. [Gaceta de Madrid
núm.43, de 12/02/1897,
páginas 660 a 661].
En
el mes de septiembre cesa como Vocal Secretario de la Junta de Cría
Caballar del Reino, por haber sido destinado a mandar una brigada en
las Islas Filipinas.
… Cesó
en septiembre siguiente por haber sido destinado a las islas
Filipinas, en donde se le confirió el mando de la primera brigada de
la división del centro de Luzón. En los primeros días de enero de
1898 se hizo cargo de dicha división, dirigiendo las operaciones de
campaña en las provincias de Bulacán, Pampanga, Nueva Écija,
Tarlar, Zambales, Bataán y parte de la de Pangasinán, consiguiendo
en las dos primeras la presentación de la mayor parte de las
partidas insurrectas, por lo que fue recompensado con la Gran Cruz
roja del Mérito militar, y en 26 del propio mes se le nombró
Gobernador político militar de Cavite, adonde pasó en mediados de
febrero, operando con sus fuerzas contra los numerosos desertores del
ejército indígena que se habían reunido en la provincia. Retiró
sobre Manila los parques de Artillería e Ingenieros que se hallaban
distribuidos en el territorio que mandaba; preparó en lo posible
desde fin de marzo la defensa de Cavite con motivo de la guerra con
los Estados Unidos de América, haciendo construir algunas obras en
Punta Sangley y en las playas de la Caridad; modificó las defensas
de la cabeza del istmo de Dalahicán; puso a la mencionada plaza a
cubierto de un ataque del interior, montando algunos cañones sobre
la muralla y Punta Sangley, y organizó todos los servicios con los
poquísimos elementos de que disponía. Atacada nuestra escuadra por
la americana en la madrugada del 1.° de mayo y bombardeada la plaza
de Cavite, en que aquélla se apoyaba, tuvo lugar, después de
destruida nuestra flota, un segundo bombardeo, que duró desde las
once y media hasta las tres de la tarde, en que izó bandera blanca
el Arsenal y suspendieron el fuego los enemigos.
Capitulada la Marina, sin que, como Gobernador, fuera llamado al Consejo, se le notificó a media mañana del siguiente día por el Comandante general del Arsenal que a las doce haría entrega del mismo a los americanos; que habían ya evacuado el Arsenal y la plaza varias fuerzas de Marina, y que debían salir las demás antes de la hora últimamente citada, dirigiéndose a Manila. Como tuviera noticias de que los americanos consideraban a todas las tropas capituladas con la Marina, protestó de ello ante el Almirante contrario; pero ocupando el enemigo la parte más importante del pequeño recinto, previa la reunión de la Junta de defensa, lo participó al General en Jefe, pidiéndole instrucciones o autorización para evacuar la plaza. Concedida ésta a las tres y media de la tarde, salió de Cavite a las cinco, después de inutilizar el material fijo, llevando consigo todos los intereses del Estado, el armamento portátil del Parque y de los Cuerpos, cuatro cañones de ocho centímetros, arrastrados a brazos, y los presos del presidio y de la cárcel, sin que pudiera salvar más por carecer de medios de transporte. La colonia española había ya salido con la Marina. Con dos compañías indígenas del regimiento núm. 74, la sección de Artillería y los cuadros de algunas compañías de un disuelto batallón de Infantería de Marina, que formaban la guarnición, se trasladó a San Francisco de Malabón, punto céntrico de la línea, cubierta por sus escasísimas fuerzas desde la Punta Restinga al Zapote. Saqueado Cavite por los indios que habían acudido al llamamiento de los cabecillas que los americanos llevaron en sus buques, consiguió localizar por algún tiempo la insurrección desde la cabeza del istmo hasta dicha población, estableciendo fuerzas sobre el mismo istmo, que fortificó; mandó sacar a tierra todas las embarcaciones que había en la provincia e impidió la salida al mar. Habiéndosele ordenado que recuperara una fuerte suma en plata arrojada por la Marina en unos pozos, penetraron sus tropas por la noche en el foco de la insurrección, atravesando el istmo, a pesar de la vigilancia de los cruceros y lanchas armadas, efectuando un reconocimiento y haciendo un buen número de prisioneros con armas. En la noche del 27 del citado mes de mayo estalló el movimiento insurreccional en el interior de la provincia, empezando el ataque a los destacamentos; y habiendo enviado una de las dos compañías que tenía, juntamente con otra de otro destacamento y algunos milicianos, al practicar un reconocimiento fueron envueltos por fuerzas numerosas, y muertos bastantes Oficiales e individuos de tropa, pasándose la milicia y la fuerza regular indígena a la insurrección. Más adelante llegó a ser unánime el alzamiento contra España, uniéndose las milicias todas y la mayor parte de la tropa regular indígena al enemigo, que atacó simultáneamente todos los destacamentos, los cuales, no existiendo columna que los protegiera, quedaron prisioneros aisladamente, sufriendo él igual suerte el 2 de junio en San Francisco de Malabón. Continuó prisionero, residiendo sucesivamente en varias localidades, y el 11 de octubre de 1899, encontrándose en la capital de Ilocos Sur, recibió de la comisión española que estaba en Tárlac un giro telegráfico de 4.000 pesos para que socorriera a los prisioneros, llegando a enviársele en giros sucesivos hasta 24.592 pesos a fin de que atendiera con ellos a más de 4.000 prisioneros militares y paisanos que había repartidos en las provincias de la Unión, llocos Norte, llocos Sur, Abra, Cagayán, La Isabela, distritos de Bontoc, Lepanto, Bengued, y Comandancia de Tiagán. La situación de prisionero, que le impedía moverse para cumplir los encargos expresos de la Comisión, y el temor de que le robasen aquella crecida cantidad, como le habían robado ya lo de su propiedad, le obligaron a rogar fuese uno de los individuos de la propia Comisión a efectuar el reparto; pero no consintiéndolo los filipinos, aceptó tan difícil misión, consiguiendo, antes de quince días desde que recibió los primeros giros, que no quedase un prisionero en ningún pueblo ni ranchería que no hubiere recibido sus socorros, a excepción de los que estaban en Cagayán y la Isabela, que eran socorridos por la Compañía Tabacalera. Desde que recibiera el dinero, las Autoridades filipinas y las particulares se negaron a facilitar todo socorro, por lo que se vio en la necesidad de socorrer diariamente a todos los prisioneros para que solamente se alimentasen, normalizándoles en lo posible la vida, insostenible e inverosímil desde hacía mucho tiempo, en particular la de muchos enfermos, concentrando a los más graves en hospitales, facilitándoles las medicinas que se pudieron adquirir y señalándoles un socorro mayor, con lo cual se aseguró la mejoría en su salud a muchos, y a todos, los recursos indispensables para esperar la libertad. Obtuvo ésta el 9 de diciembre en el pueblo de Banna (llocos Norte) con todos los prisioneros que había en aquella región, y hasta el 16 recorrió varios pueblos, recogiendo los enfermos y trasladándolos a Larog, en donde embarcaron para Manila, verificándolo él el último. En esta plaza se presentó en la noche del 18 al Jefe de la Comisión española, embarcando el 13 de enero de 1900 para la Península. A su llegada quedó en situación de cuartel, hasta que en mayo de 1901 fue nombrado Vocal de la Comisión clasificadora de Jefes y Oficiales movilizados de Ultramar, confiriéndosele en diciembre el mando de la tercera brigada de Caballería. Se le nombró en marzo de 1902 Jefe de Sección del Ministerio de la Guerra, y en Noviembre de 1905, Secretario de la Dirección general de Carabineros, destino en que continúa. Cuenta 48 años y 6 meses de efectivos servicios, de ellos 9 y 7 meses en el empleo de General de Brigada; hace el número 10 en la escala de su clase, y se halla en posesión de las condecoraciones siguientes: Una Cruz de primera clase y dos de segunda del Mérito militar con distintivo rojo. Cruz blanca de segunda clase de la misma Orden. Cruz de segunda clase de la Corona Real de Prusia. Encomienda de Nuestra Señora de la Concepción de Villaviciosa, de Portugal, Gran Cruz de San Hermenegildo, Gran Cruz roja de Mérito militar, Gran Cruz de la Estrella Negra, de Benín, Medallas de Alfonso XII, de la Guerra civil, de Filipinas, de Voluntarios de las mismas islas, de Sufrimientos por la Patria y de Alfonso XIII. [Gaceta de Madrid núm.273, de 30/09/1906, página 1270].
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La flota americana bombardea Cavite el 1 de mayo de 1898
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Capitulada la Marina, sin que, como Gobernador, fuera llamado al Consejo, se le notificó a media mañana del siguiente día por el Comandante general del Arsenal que a las doce haría entrega del mismo a los americanos; que habían ya evacuado el Arsenal y la plaza varias fuerzas de Marina, y que debían salir las demás antes de la hora últimamente citada, dirigiéndose a Manila. Como tuviera noticias de que los americanos consideraban a todas las tropas capituladas con la Marina, protestó de ello ante el Almirante contrario; pero ocupando el enemigo la parte más importante del pequeño recinto, previa la reunión de la Junta de defensa, lo participó al General en Jefe, pidiéndole instrucciones o autorización para evacuar la plaza. Concedida ésta a las tres y media de la tarde, salió de Cavite a las cinco, después de inutilizar el material fijo, llevando consigo todos los intereses del Estado, el armamento portátil del Parque y de los Cuerpos, cuatro cañones de ocho centímetros, arrastrados a brazos, y los presos del presidio y de la cárcel, sin que pudiera salvar más por carecer de medios de transporte. La colonia española había ya salido con la Marina. Con dos compañías indígenas del regimiento núm. 74, la sección de Artillería y los cuadros de algunas compañías de un disuelto batallón de Infantería de Marina, que formaban la guarnición, se trasladó a San Francisco de Malabón, punto céntrico de la línea, cubierta por sus escasísimas fuerzas desde la Punta Restinga al Zapote. Saqueado Cavite por los indios que habían acudido al llamamiento de los cabecillas que los americanos llevaron en sus buques, consiguió localizar por algún tiempo la insurrección desde la cabeza del istmo hasta dicha población, estableciendo fuerzas sobre el mismo istmo, que fortificó; mandó sacar a tierra todas las embarcaciones que había en la provincia e impidió la salida al mar. Habiéndosele ordenado que recuperara una fuerte suma en plata arrojada por la Marina en unos pozos, penetraron sus tropas por la noche en el foco de la insurrección, atravesando el istmo, a pesar de la vigilancia de los cruceros y lanchas armadas, efectuando un reconocimiento y haciendo un buen número de prisioneros con armas. En la noche del 27 del citado mes de mayo estalló el movimiento insurreccional en el interior de la provincia, empezando el ataque a los destacamentos; y habiendo enviado una de las dos compañías que tenía, juntamente con otra de otro destacamento y algunos milicianos, al practicar un reconocimiento fueron envueltos por fuerzas numerosas, y muertos bastantes Oficiales e individuos de tropa, pasándose la milicia y la fuerza regular indígena a la insurrección. Más adelante llegó a ser unánime el alzamiento contra España, uniéndose las milicias todas y la mayor parte de la tropa regular indígena al enemigo, que atacó simultáneamente todos los destacamentos, los cuales, no existiendo columna que los protegiera, quedaron prisioneros aisladamente, sufriendo él igual suerte el 2 de junio en San Francisco de Malabón. Continuó prisionero, residiendo sucesivamente en varias localidades, y el 11 de octubre de 1899, encontrándose en la capital de Ilocos Sur, recibió de la comisión española que estaba en Tárlac un giro telegráfico de 4.000 pesos para que socorriera a los prisioneros, llegando a enviársele en giros sucesivos hasta 24.592 pesos a fin de que atendiera con ellos a más de 4.000 prisioneros militares y paisanos que había repartidos en las provincias de la Unión, llocos Norte, llocos Sur, Abra, Cagayán, La Isabela, distritos de Bontoc, Lepanto, Bengued, y Comandancia de Tiagán. La situación de prisionero, que le impedía moverse para cumplir los encargos expresos de la Comisión, y el temor de que le robasen aquella crecida cantidad, como le habían robado ya lo de su propiedad, le obligaron a rogar fuese uno de los individuos de la propia Comisión a efectuar el reparto; pero no consintiéndolo los filipinos, aceptó tan difícil misión, consiguiendo, antes de quince días desde que recibió los primeros giros, que no quedase un prisionero en ningún pueblo ni ranchería que no hubiere recibido sus socorros, a excepción de los que estaban en Cagayán y la Isabela, que eran socorridos por la Compañía Tabacalera. Desde que recibiera el dinero, las Autoridades filipinas y las particulares se negaron a facilitar todo socorro, por lo que se vio en la necesidad de socorrer diariamente a todos los prisioneros para que solamente se alimentasen, normalizándoles en lo posible la vida, insostenible e inverosímil desde hacía mucho tiempo, en particular la de muchos enfermos, concentrando a los más graves en hospitales, facilitándoles las medicinas que se pudieron adquirir y señalándoles un socorro mayor, con lo cual se aseguró la mejoría en su salud a muchos, y a todos, los recursos indispensables para esperar la libertad. Obtuvo ésta el 9 de diciembre en el pueblo de Banna (llocos Norte) con todos los prisioneros que había en aquella región, y hasta el 16 recorrió varios pueblos, recogiendo los enfermos y trasladándolos a Larog, en donde embarcaron para Manila, verificándolo él el último. En esta plaza se presentó en la noche del 18 al Jefe de la Comisión española, embarcando el 13 de enero de 1900 para la Península. A su llegada quedó en situación de cuartel, hasta que en mayo de 1901 fue nombrado Vocal de la Comisión clasificadora de Jefes y Oficiales movilizados de Ultramar, confiriéndosele en diciembre el mando de la tercera brigada de Caballería. Se le nombró en marzo de 1902 Jefe de Sección del Ministerio de la Guerra, y en Noviembre de 1905, Secretario de la Dirección general de Carabineros, destino en que continúa. Cuenta 48 años y 6 meses de efectivos servicios, de ellos 9 y 7 meses en el empleo de General de Brigada; hace el número 10 en la escala de su clase, y se halla en posesión de las condecoraciones siguientes: Una Cruz de primera clase y dos de segunda del Mérito militar con distintivo rojo. Cruz blanca de segunda clase de la misma Orden. Cruz de segunda clase de la Corona Real de Prusia. Encomienda de Nuestra Señora de la Concepción de Villaviciosa, de Portugal, Gran Cruz de San Hermenegildo, Gran Cruz roja de Mérito militar, Gran Cruz de la Estrella Negra, de Benín, Medallas de Alfonso XII, de la Guerra civil, de Filipinas, de Voluntarios de las mismas islas, de Sufrimientos por la Patria y de Alfonso XIII. [Gaceta de Madrid núm.273, de 30/09/1906, página 1270].
1900
A
mediados de febrero, regresa de Filipinas acompañado de su esposa,
quedando en situación de Cuartel.
1901
Por
RD de 12 de diciembre, se le confiere el mando de la 3ª Brigada de
Caballería, en sustitución del General Rafael López Cervera.
1902-1905
Nombrado
Jefe de la Sección de Caballería del Ministerio de la Guerra.
Real
decreto nombrando Jefe de Sección del Ministerio de la Guerra al
General de Brigada, D. Leopoldo García Peña, actual Jefe de la
tercera brigada de Caballería. [Gaceta de Madrid núm.86, de
27/03/1902, página 1316].
1905
Vengo
en nombrar Secretario de la Dirección General de Carabineros al
General de Brigada D. Leopoldo García Peña, actual Jefe de Sección
del Ministerio de la Guerra. Dado en Palacio a dos de Noviembre de
mil novecientos cinco. ALFONSO [Gaceta
de Madrid núm. 307, de 03/11/1905, página 403].
1906
Promovido
al empleo de General de División, poco después se le confiere el
mando de la 11ª División.
En
consideración a los servicios y circunstancias del General de
Brigada D. Leopoldo García Peña, Vengo en promoverle, a propuesta
del Ministro de la Guerra, y de acuerdo con el Consejo de Ministros,
al empleo de General de División, con la antigüedad de esta fecha,
en la vacante producida por ascenso de Don Luis de Santiago y
Manescau. Dado en San Ildefonso a veintinueve de Septiembre de mil
novecientos seis. ALFONSO [Gaceta de Madrid núm. 273, de 30/09/1906,
página 1270].
1907
A
mediados de julio asume el gobierno militar de Cádiz.
1909
Por
RD de 15 de octubre, cesa como gobernador militar de Cádiz, y pasa a
situación de Reserva, fijando su residencia en Madrid.
1912
Fallece
en Madrid el día 28 de septiembre.
FUENTES:
BNE- Hemeroteca
Digital.
BVD- Biblioteca
Virtual Defensa.
BOE- Gazeta
Colección Histórica.
PARES-Ministerio de
Educación
BVPH-Ministerio de
Educación
Otros…